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lunes, 29 de diciembre de 2014

CONSEJOS DEL PROFE PARA EL AÑO NUEVO

Amigos, 2014 está llegando a su fin. El profe Bigotini, ya en la recta final del año se encuentra aun más viejo y más cansado si cabe. Muy voluntarioso, se ha puesto a escribir en esa antigualla de máquina que todavía conserva, con el ánimo de trasladaros sus deseos de felicidad, y para no perder la costumbre, unos sabios consejos que os ayuden a mejorar día a día. Por desgracia, su capacidad de resistencia, cada vez más limitada, le permite escribir sólo unas pocas frases de aliento. Así que para completar como es debido, nuestra despedida del año viejo, nos hemos servido de unas cuantas viñetas de grandes ilustradores del cómic alternativo, y con la absoluta falta de respeto que nos caracteriza, las hemos tuneado a nuestro antojo para ofreceros un amable mosaico de consejos y admoniciones para el próximo y ya inminente nuevo año 2015. Que os aprovechen.
Si en este primer año de nuestro blog os hemos procurado alguna distracción y acaso hemos sido capaces de arrancaros alguna sonrisa, seguid visitándonos como hasta ahora, y contad siempre con nuestra gratitud.






















lunes, 22 de diciembre de 2014

MANUALES BIGOTINI: CÓMO HACERSE RICO

Amigos, la vocación de servicio público de nuestro blog no conoce límites. Por eso, a despecho del riesgo y sin reparar en gastos, el profesor Bigotini, siempre sensible al sufrimiento de los pobres y los afligidos, os ofrece hoy un sencillo manual para hacerse rico en poco tiempo. Ya se sabe que el dinero no da la felicidad, pero proporciona una sensación tan aproximada a la felicidad, que hay que ser un auténtico experto para distinguirlas. Con este tetrálogo elemental que a continuación os presentamos, podréis reíros en la cara de los florentinos, de los botines, y hasta de los mismísimos puyoles. Así que prestad atención y tomad nota de estas cuatro fórmulas infalibles:

1.- Nacer rico. Quiero decir, rico de verdad. No basta con que tu abuela o tu tía Pepita te digan ¡ay qué nene tan rico! Eso lo dicen todas las tías y todas las abuelitas, pero no vale. Hay que nacer en el seno de una familia adinerada y/o coronada si es posible. Conviene además, ser hijo único u ostentar ese título que suena como música celestial: heredero universal. Una vez instalado en esa prometedora posición, no cedas ni un solo palmo de terreno. Al contrario, si puedes adelantar los acontecimientos, ¿para qué esperar? ¿Has visto a las crías de cuco empujar fuera del nido a los parientes molestos? Pues manos a la obra. No hace falta que te líes a tiros, pero ya sabes que hay sustancias cuyo sabor ni se nota si están disueltas en el café o en un licor. También los frenos de los automóviles de lujo fallan a veces inexplicablemente… En fin, que a poco creativo que seas, hallarás soluciones rápidas e indoloras.


2.- Casarse con un millonario o millonaria. La vergonzosa permisividad de nuestras recientes leyes ha derribado las barreras de género, y abre un interesante abanico de posibilidades en el terreno conyugal. Eso si, hay que casarse legalmente, no vale el amancebamiento, porque después del café cargado o el fallo de los frenos, puede aparecer como por arte de magia, una legión de sobrinos, hijos ilegítimos y parientes de toda condición, reclamando sus derechos con feroz vehemencia. Si no se ha legalizado la unión, corres el riesgo de ser el (o la) amante del difunto (o difunta) y quedarte en la calle con cuatro trapitos y unas joyas ridículas.
Puede pensarse que este segundo método requiere una gran capacidad de seducción. No lo creas. La clave se resume en tres palabras: sexo, sexo y sexo. Basta con un minucioso cuidado del físico y un estudiado descuido de otros aspectos. Si no pones demasiado celo en cerrar las piernas o abotonar la bragueta, puedes dar por seguro el triunfo.


3.- Delinquir. El apasionante mundo del delito es tan vasto e inabarcable, que daría para escribir un voluminoso tratado. Descartemos si os parece, los hurtos y demás delitos de poca monta, que a la larga sólo conducen a prisión y a la indigencia. Mucho más rentable es el crimen organizado. Los carteles del narcotráfico y las mafias que controlan las apuestas o la prostitución, son fábricas de grandes fortunas. Claro que para llegar a medrar en una banda importante se requiere sangre fría, empuje y dotes de mando. A menudo hay que recurrir a la violencia física, y eso, creedme, resulta agotador. Afortunadamente en nuestro país se han abierto en las últimas décadas tres interesantes itinerarios delictivos enormemente provechosos: el negocio de la banca, el de la construcción y el de la política. Los tres están interconectados mediante intrincadas redes, siendo sencillo pasar de uno a otro, e incluso picotear un poco en todos ellos. Además son aptos para cualquier aspirante, pues si el mundo de la gran empresa y los negocios a gran escala, requiere alguna preparación y cierta inteligencia, siempre queda el camino de la política, tan carente de complejidad que resulta asequible hasta para individuos de inteligencia límite o escasamente escolarizados.


4. Participar en juegos de azar. De los cuatro métodos propuestos, este es el menos seguro, por eso lo citamos en último lugar. Los premios verdaderamente sustanciosos, como el gordo de la lotería, la primitiva, el de los euromillones o como se llamen, tienen una probabilidad de ocurrencia muy remota. Con la estadística en la mano, es más probable morir aplastado por un meteorito que recibir uno de estos premios. Luego están las apuestas en casinos (reales o virtuales) con dados, naipes, máquinas tragaperras, resultados deportivos y demás inventos lúdicos. Aquí las probabilidades de ganar en un único intento, son las que sean en cada caso (por ejemplo, de una entre seis, en caso de lanzar un solo dado). En caso de realizar gran número de intentos, las expectativas de ganar a la larga son sencillamente nulas (si lanzas el dado sólo dos o tres veces, puedes tener suerte; pero si lo lanzas diez mil veces, sólo recuperarás una sexta parte de lo apostado). Así que los adictos a estos juegos, al infortunio de ser ludópatas añaden el agravante de ser tontos de capirote. Si hablamos de ayudas como cartas marcadas o dados cargados, volvemos al territorio de la propuesta nº 3, la delictiva.


Bueno pues ya está. Acaso el lector pueda echar en falta el método que aparecía en los manuales tradicionales. A saber, el del estudio, el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio. Si es así, el lector es un cándido palomo o una inocente y blanca tórtola. Permitid que os desengañe. Este camino recto, honrado y honesto, proporciona como mucho la satisfacción de dormir cada noche a pierna suelta y con la conciencia tranquila. Pero creedme, no os conducirá a poseer ninguno de los principales signos de riqueza: embarcaciones de recreo, automóviles de lujo ni novias o novios de la edad de vuestras nietas. Siento mucho terminar con una mala noticia, pero así es la vida. Consolémonos escupiendo nuestro desprecio en la cara de los corruptos, y con la esperanza puesta en la evangélica promesa de que un día heredaremos la Tierra.


Hijo, si quieres ser alguien en la vida, tendrás que trabajar duro. Y ahora, cállate, van a dar los números de la lotería. Homer Simpson.



jueves, 18 de diciembre de 2014

DICKENS Y LOS FANTASMAS DE LA NAVIDAD

En biblioteca Bigotini somos incondicionales de Charles Dickens. Las pasadas navidades ya publicamos un artículo sobre su inmortal Cuento de Navidad (clic aquí para el enlace), y nos proponemos volver sobre su obra cada vez que se acerquen estas fechas. Dickens es probablemente el escritor que más y mejor ha sabido plasmar en su trabajo el espíritu navideño, que por otra parte, enlaza muy bien con su particular visión del mundo. Ya sea por su devenir biográfico, que incluye una infancia difícil con su padre encarcelado por deudas, o bien por su acusada sensibilidad para lo social, el autor de Portsmouth posee una especial habilidad para retratar un elenco de personajes entrañables o aborrecibles, que reflejan a la perfección la estratigrafía social de la Inglaterra victoriana, que en lo sustancial no difiere de la de cualquier época y cualquier lugar.


En estas navidades de 2014 os proponemos la lectura de una narración brevísima: Fantasmas de Navidad. Ni siquiera puede decirse que sea un cuento. Es un artículo donde Dickens vuelve sobre uno de sus temas favoritos. Nos retrotrae a las viejas leyendas de fantasmas y aparecidos tan típicas, tan tópicas y tan británicas. También nos remite a nuestros terrores cotidianos más elementales. Charles nunca dejó de ser un niño grande que regularmente practicaba el ejercicio de volver a su niñez para poder recuperar esa suerte de mundo de fantasía tan imprescindible para seguir vivo en el prosaico universo adulto. Haced clic en la ilustración y dejaos envolver durante unos pocos minutos en la magnífica prosa y el peculiar aroma dickensiano. Feliz Navidad, amigos.

No hay nevada tan copiosa que sea capaz de aislar un corazón generoso.



lunes, 15 de diciembre de 2014

CLAUDETTE COLBERT. SUCEDIÓ EN LOS TREINTA



En el periodo que precedió en Hollywood a la implantación del férreo código moral que limitó tanto los centímetros de piel que las estrellas podían descubrir, como la libertad de los guionistas, una mujer, Claudette Colbert, reinó en las pantallas de medio mundo.
No puede decirse que fuera una belleza. De hecho, su físico queda bastante alejado de nuestros cánones estéticos actuales. Diríamos que poseía una belleza algo anticuada incluso para su época. Sin embargo había en ella un encanto indefinible. Su condición de francesa (detalle que siempre ha fascinado a los varones americanos y a algunos otros no americanos) y una notable dosis de descaro, la convirtieron en una especie de mito erótico. Sus desnudos en Cleopatra de Cecil B. DeMille causaron una gran conmoción. DeMille sumergió a Claudette en una bañera llena de leche, y sencillamente la filmó mientras se frotaba con una esponja. Eso bastó para enardecer al público masculino, y para batir todos los registros de recaudación. Otro detalle que podrá dar una idea de la popularidad de la estrella, es que la productora Columbia utilizó su imagen para encarnar a América en la dama de la antorcha que aparecía al inicio de sus filmes de 1934.
En nuestra sección filmográfica os ofrecemos el enlace para visionar un breve recorrido fotográfico y musical que ilustra los primeros años de esta inolvidable estrella. Haced clic en la imagen y pasadlo bien.

Próxima entrega: Charles Laughton





jueves, 11 de diciembre de 2014

BAUTIZOS FORZOSOS Y OTROS CARITATIVOS SUCESOS

Entre algunos historiadores iletrados, políticos analfabetos y apóstoles de la modernidad, circula la fábula de una España “de las tres culturas” en la que supuestamente convivieron en perfecta armonía cristianos, musulmanes y judíos. Desgraciadamente la realidad no fue tan idílica. Lo cierto es que desde 711, fecha de la invasión musulmana, hasta las últimas expulsiones de moriscos en las primeras décadas del siglo XVII, el discurrir histórico de la Península consistió en una casi ininterrumpida sucesión de agravios, venganzas, crímenes y despojos. Algo así como la Franja de Gaza, pero durante ocho siglos. En el Al-Ándalus musulmán se masacraron cristianos, en los Reinos cristianos peninsulares se masacraron musulmanes, y en ambas zonas se masacraron judíos cada vez que se presentó la oportunidad.

En un trabajo de 1979, Pau Ferrer relataba un curioso y poco conocido episodio de la llamada revuelta de Las Germanías, que tuvo lugar en el reino de Valencia entre 1521 y 1523, durante el reinado del emperador Carlos, y puede enmarcarse en los movimientos populares y disturbios políticos que se produjeron a lo largo del XVI, junto a la rebelión de los Comuneros en Castilla, la guerra de las Alpujarras de Granada, o el posterior levantamiento de Aragón que terminó con el asesinato de su Justicia Mayor, ya bajo Felipe II.


Durante las Germanías los mudéjares valencianos se pusieron de parte del bando vencedor, es decir, de los nobles a los que rendían vasallaje, y de la corona, bajo promesa de respetar su libertad religiosa. A pesar de todo, resultaron ser los más perjudicados en el conflicto. Cuenta Ferrer que en diferentes lugares: Murviedro, Bétera, Alcira, Játiva o la misma Valencia, la turba de agermanados asaltó las morerías. Mientras unos se dedicaban a saquear, como parece obligado en toda revuelta que se precie, otros, movidos por la piedad y capitaneados por sacerdotes, se afanaron en bautizar moros a mansalva, dándoles a elegir entre recibir el sacramento o ser degollados allí mismo. Tal como suena. Como no había tiempo para rezos, pilas bautismales, padrinos ni liturgias, los insurrectos empaparon ramas y escobas y mediante el riego por aspersión cristianaron a miles de moriscos de toda edad, sexo y condición. Lo hicieron al grito de: ¡visca la fe de Jesucrist i guerra contra els agarens!; o también: ¡Dur ànimes al cel i diners a les bosses!


Pero este episodio que así narrado resulta un poco chusco, no terminó con los chubascos de agua bendita. Finalizado el conflicto, se planteó la cuestión de la validez o invalidez de los bautismos. Se reunió en Madrid una junta de teólogos, que después de arduas deliberaciones, falló a favor de la validez del sacramento. Lo más gracioso (si el asunto tuviera alguna gracia) es que para ello se invocó nada menos que la libertad. Concretamente la sentencia aludía literalmente a la libertad que tuvieron los mudéjares para escoger entre el bautismo y la muerte. A la sentencia de los teólogos siguió la conformidad del papado, que además exoneró oportunamente al monarca de promesas anteriores que hubieran sido hechas a los mudéjares respecto a su libertad religiosa. Por cierto que la corona, tomando el rábano por las hojas, se apresuró a aplicar este principio de invalidar anteriores promesas, a los musulmanes del reino de Aragón y el principado de Cataluña. Resultó todo muy conveniente para la política unificadora de Carlos I, porque de esta manera quedaron abolidos en la práctica los derechos forales en lo relativo a libertad religiosa. La Inquisición y su brazo secular pudieron ya actuar en todos los reinos. Naturalmente actuaron. Como consecuencia, los moriscos abandonaron su actitud pasiva y pasaron a la acción. La expulsión definitiva estaba servida, y se consumó poco después.


Bien. Esta es la Historia de España. No penséis que se trata de algo excepcional. La Historia de cualquier otra nación también está plagada de estos o parecidos episodios. Desgraciadamente el amor, la justicia y la paz sólo triunfan en los cuentos de hadas. Homo homini lupus, que decía el clásico, amigos. ¡Qué le vamos a hacer!

La vida es muy peligrosa. Nadie sale vivo de ella. Woody Allen.



martes, 9 de diciembre de 2014

DIEGO DE ALVEAR Y EL LIBERALISMO APASIONADO

Nacido en 1749 en la ciudad cordobesa de Montilla, Diego de Alvear y Ponce de León, español, patriota, ilustrado, liberal y hombre de honor, protagonizó una de las más apasionantes biografías de su apasionante época, a caballo entre los siglos XVIII y XIX. Su abuelo, fundador de la que sería una extensa dinastía, hizo fortuna en el negocio vinícola. Diego estudió en su Montilla natal y en Granada, para ingresar después como guardiamarina en la armada, donde alcanzó el grado de brigadier. En 1776 y 1777 tomó parte destacada en la llamada Guerra de Sacramento bajo el mando del general Ceballos, recuperando el control de un extenso territorio en el actual Uruguay, que se disputaban España y Portugal. Pasó treinta años de su vida en la entonces provincia de Buenos Aires. Contrajo matrimonio con María Balbastro, una criolla con la que tuvo nueve hijos, fructífera estirpe americana que andando el tiempo dio a Argentina varios importantes hombres de estado y hasta un presidente.

En agosto de 1804 Diego de Alvear embarcó en Montevideo hacia España, y en la mañana del 5 de octubre la flotilla formada por cuatro fragatas fue atacada por una flota inglesa contraviniendo el Tratado de Amiens que se había firmado en 1802. La fragata Mercedes (ahora tan de actualidad por el expolio de Odyssey) fue alcanzada en su santabárbara, hundiéndose en el acto y llevándose al fondo del mar todo lo que Alvear poseía, incluyendo a su esposa y a todos sus hijos con excepción de Carlos María, que estaba destinado a ser una figura clave de la Historia argentina. Hecho prisionero y llevado a Inglaterra, Alvear defendió ante las autoridades británicas el derecho y la razón que le asistían, y lo hizo con tan enérgica convicción, que el gobierno británico restituyó públicamente su honor y hasta una parte de sus pérdidas. Conoció en su cautiverio inglés a la joven irlandesa Luisa Ward, con quien contrajo segundas nupcias tras su regreso a España en 1807.


En la Guerra de Independencia, Alvear se distinguió heroicamente en la defensa de Cádiz, lo que le valió la Gran Cruz de San Hermenegildo. Sufrió después persecución por sus ideas liberales durante el oneroso reinado de Fernando VII. Tras sufrir incontables afrentas por parte de aquel funesto rey que jamás mereció reinar, Diego de Alvear falleció en Madrid en 1830. Su pérdida fue lamentada tanto por los españoles de bien como por no pocos argentinos e ingleses que por haberlo conocido y tratado, lo admiraron profundamente.

Diego de Alvear brilló también en el plano intelectual y literario. Especialmente dotado para los idiomas, dominó el latín, el inglés, el francés, el italiano, el portugués, y las lenguas de los tupís y los guaraníes. En castellano dejó una extensa obra científica sobre astronomía, matemática y ciencia militar. Gran geógrafo y conocedor al detalle de la región del Río de la Plata, publicó también una Descripción de Buenos Aires y su Demarcación de los territorios de España y Portugal. En Biblioteca Bigotini os proponemos la lectura (haced clic en la imagen) de la Relación geográfica e histórica de la provincia de Misiones. Una curiosidad bibliográfica donde podréis hallar datos de primera mano sobre la región que popularizó la película La Misión de Roland Joffé, protagonizada por Robert De Niro y Jeremy Irons. Sirva como modesto homenaje al que sin duda fue uno de los mejores hombres de su tiempo.

Un auténtico caballero es el que se avergüenza si alguna vez sus palabras han sido mejores que sus hechos.



viernes, 5 de diciembre de 2014

EL TIEMPO COMO DIMENSIÓN Y EL INICIO DEL UNIVERSO

¿Qué hubo antes del Big Bang? Cómo comenzó todo, cómo surgió el universo y todo cuanto nos rodea, ha sido desde antiguo una idea recurrente y obsesiva que ha ocupado y sigue ocupando el pensamiento de filósofos y científicos. La vieja solución aristotélica: el universo no tiene comienzo, puesto que ha existido siempre, simplifica extraordinariamente las cosas, pero no resuelve las dudas; es sencillamente una fórmula retórica para obviar el problema. Muchos pensadores religiosos han utilizado la idea del principio del universo como argumento a favor de la existencia de Dios. Sin embargo, tampoco resuelve el problema, simplemente lo traslada al comienzo de Dios. El pensamiento científico nos ofrece una nueva y luminosa alternativa cuando, a partir de los trabajos de Albert Einstein, cabe considerar que el tiempo se comporta como otra dimensión espacial más. El brillante razonamiento consagrado tanto por la relatividad general, como por la teoría cuántica, elimina la vieja objeción de que el universo deba necesariamente tener un inicio, y lo que es más importante, significa que el comienzo del universo fue regido por las leyes de la ciencia, eliminando la inmemorial necesidad de que tuviera que ser puesto en marcha por algún ser supremo.

El joven Einstein

El viejo Hawking
Siguiendo el pensamiento de Stephen Hawking, cuando el universo era aun tan pequeño que estaba regido por la relatividad general y por la teoría cuántica, había cuatro dimensiones espaciales y ninguna temporal. La no existencia del tiempo tal como lo entendemos, invalida cualquier referencia al principio, y sugiere que nuestra visión usual del espacio y del tiempo no puede aplicarse a aquel universo muy primitivo. La idea puede estar más allá de nuestra experiencia, pero no de nuestra imaginación, y tampoco de las matemáticas, capaces de construir modelos que representan con bastante fidelidad aquellas hipotéticas condiciones primitivas. No olvidéis que la actual definición de ciencia (al menos de teoría científica) ha abandonado aquella ingenua “búsqueda de la verdad”, para centrarse en el diseño de modelos que reproduzcan lo más fielmente posible la realidad.

Bakunin atemporal
Librarnos de que el tiempo tenga un comienzo equivale a librarnos del problema del borde del mundo. Implica la comprensión de que el tiempo puede comportarse (de hecho lo hace) como una dimensión más del espacio. Si siguiendo a Hawking, imaginamos el universo incipiente como el Polo Sur de la Tierra con los grados de latitud desempeñando el papel del tiempo, cuando nos desplacemos hacia el norte, los círculos de latitud constante que representarían el tamaño del universo, se expandirían. Aun cuando consideremos que el universo comienza como un punto infinitamente pequeño en el Polo Sur, este sería en muchos aspectos como cualquier otro punto. Preguntar pues qué ocurrió en términos temporales antes del inicio del universo, antes del Big Bang, resultaría igual de absurdo que preguntar qué hay en términos espaciales al sur del Polo Sur. Sencillamente la pregunta carece de sentido. El espacio-tiempo no tiene bordes. Esta condición de ausencia de bordes hace del espacio-tiempo una superficie cerrada donde cualquier punto es análogo a su contiguo, del mismo modo que en el Polo Sur se cumplen las mismas leyes físicas que en el resto de los puntos de la esfera terrestre.

Desconfiad siempre de quien os ofrezca respuestas y certezas. La llamada “verdad revelada” es la piedra filosofal de los charlatanes. Lo más apasionante de la ciencia no es que encuentre respuestas, sino precisamente que las busque. Es esta propia búsqueda la que cobra sentido para el científico, de igual manera que lo hace el camino (y no el destino) para el caminante. Mijail Bakunin dijo: yo no llamo Dios a mi ignorancia. El profesor Bigotini no dice nada. Bastante tiene el pobre con mantener en su sitio esa tremenda nariz. Me parece sin embargo, que está bastante de acuerdo con Bakunin.


Un cirujano, un arquitecto y un político discuten acerca de cuál de sus oficios es el más antiguo.
-Dios creó a Eva extirpando una costilla a Adán, recuerda el cirujano.
-Cierto, concede el arquitecto, -pero antes de crear al hombre, Dios tuvo que construir el mundo, sacándolo del caos.
-¡Eso es!, interviene triunfal el político; -y el caos, ¿quién lo creó, podéis decirme?