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viernes, 30 de enero de 2015

EVOLUCIÓN DE LOS MAMÍFEROS: LA PACIENCIA RECOMPENSADA

Actualmente los mamíferos son (somos) los vertebrados vivos más variados y prósperos. Pero no siempre fue así. Hace unos 300 millones de años, a finales del periodo Carbonífero, aparecieron en los bosques tropicales del entonces mucho más cálido Hemisferio Norte, unos reptiles que en un principio no parecían demasiado prometedores. La denominación de reptiles semejantes a mamíferos, siendo quizá demasiado optimista, nos ofrece una idea del camino evolutivo que estaban emprendiendo. Prácticamente el único rasgo que les diferenciaba de los demás reptiles consistía en un par de aberturas en el cráneo por detrás de cada cuenca ocular. Esta misma estructura de tipo sinápsido, aparece con un diseño modificado en todos los mamíferos actuales. Pioneros entre los sinápsidos fueron los edafosaurios, concretamente los pelicosaurios, que además de su incipiente cráneo protomamiferoide, poseían una aparatosa cresta en la región dorsal que seguramente les permitía regular su temperatura corporal. Un primer paso, modesto si se quiere, pero importante, hacia la termorregulación que caracteriza a los animales de sangre caliente.


Consecuencia directa de la evolución del cráneo, fue la mayor movilidad y versatilidad del hueso dentario, que pasó a convertirse en una mandíbula fuerte, con gran capacidad para abrirse, y sobre todo, para cerrarse con fuerza. Paralelamente las piezas dentales se diversificaron y especializaron en diferentes cometidos, como cortar, rasgar o masticar. Los poseedores de semejantes mandíbulas se convirtieron en excelentes cazadores, adquiriendo capacidad hasta para triturar los huesos de sus presas. Al mismo tiempo que las mandíbulas y los dientes, se fueron modificando las extremidades, para conseguir mayor eficacia y movilidad. Si el pesado Pelicosaurio se movía igual que un reptil, con las extremidades desparramadas y abiertas y el abdomen rozando el suelo, criaturas más modernas, como Dimetrodon, que vivió a comienzos del Pérmico, habían desarrollado unas patas de orientación más vertical, lo que permitía la flexión de la columna y un tipo de locomoción mucho más eficaz.




Criaturas rápidas, con el metabolismo acelerado de los carnívoros, quizá mejor adaptadas a la actividad nocturna, y capaces de resistir mejor las bajas temperaturas, necesitaban perfeccionar su termorregulación mediante el aislamiento de la piel. Nuestros antepasados pérmicos debieron cubrirse de pelaje para sobrevivir. También se hizo necesaria una importante mejora de la respiración pulmonar. La drástica disminución de la longitud de las costillas que aparece en criaturas como Thrinaxodon, indica que la caja torácica que alberga los pulmones y el corazón, se había cerrado por medio de una lámina móvil de tejido muscular: el diafragma.


Todo indica que los terápsidos, un grupo muy evolucionado de reptiles semejantes a mamíferos, dominaron una amplia variedad de nichos ecológicos desde mediados del Pérmico hasta bien entrado el Triásico, diversificándose en múltiples especies de diferentes tamaños y formas de vida y alimentación: ágiles carnívoros, pesados herbívoros o diminutos insectívoros, poblaron la Tierra de polo a polo. Lamentablemente para ellos, sobrevinieron tiempos difíciles, porque precisamente a mitad del periodo Triásico, se produjo la inusitada y exitosa evolución de los reptiles terrestres, que conocemos como la era de los dinosaurios. En efecto, los dinosaurios estaban destinados a dominar el planeta durante casi 200 millones de años, algo sin precedentes en la historia biológica. Arrollados por el empuje de los lagartos terribles, los terápsidos comenzaron su lenta decadencia que culminó 55 millones de años después de su aparición, en el periodo Jurásico, con la extinción de su último grupo, los cinodontos tritilodontos.


No obstante, el final no podía ser tan trágico (en caso contrario no estaríamos aquí para contarlo). Porque antes de extinguirse, los terápsidos habían dado lugar a los primeros mamíferos. Eran unas criaturas insignificantes, de aspecto similar a los actuales ratones y musarañas. Permanecieron temblando en sus madrigueras y saliendo a hurtadillas de noche para alimentarse de insectos. Tuvieron que esperar durante más de 150 millones de años. La espera paciente mereció la pena. Cuando los dinosaurios se extinguieron a fines del Cretácico, aquellos insignificantes mamíferos heredaron la Tierra, adoptando toda la diversidad de formas específicas que hoy conocemos, y que nos incluye a nosotros mismos. Nuestro querido profe Bigotini, acurrucado en su viejo y destartalado sillón, ronronea como un gato persa el triunfo de la clase mammalia, mientras acaricia los pelos de su bigotazo envuelto en cálidas mantas. Frente a él, un humeante tazón de leche recuerda el rasgo que ha dado nombre a nuestra característica estirpe durante quién sabe cuántos millones de años.

Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros. George Orwell. Manifiesto de Rebelión en la granja.



martes, 27 de enero de 2015

ANACREONTE Y LA SENSUALIDAD POÉTICA

La cuna de Anacreonte podría situarse en Teos, que hacia 572 a. C., probable fecha de su nacimiento, era un emplazamiento jónico en la costa del Asia Menor. Corresponde actualmente a la población turca de Sigacik. Amenazados por los persas, los habitantes de la Jonia emigraron a Abdera, en Tracia. Todo indica que el joven Anacreonte participó en este traslado forzoso, asentándose primero en Abdera y poco después en la isla de Lesbos, patria de la célebre poetisa Safo.
En Lesbos se ganó la vida como preceptor del joven Policrates, hijo del tirano del mismo nombre. Probablemente coincidiendo con el asesinato de Policrates padre, Anacreonte abandonó Lesbos para trasladarse a Atenas, donde según todos los indicios residió hasta su muerte, acaecida hacia 485 a.C.


Anacreonte fue un poeta lírico. Sus temas predilectos son el amor carnal y los placeres de los sentidos. Se le califica generalmente de hedonista, y su predilección por lo sensual fue causa de que su obra fuera severamente censurada en el occidente cristiano. Sin embargo, gozó de extraordinaria popularidad durante el periodo helenístico. Biblioteca Bigotini os ofrece una breve versión digital de sus poemas más conocidos, incluyendo el célebre dedicado a una muchacha a quien llama la joven potra tracia. Haced clic en la portada y deleitaos con ellos.

Su inclinación a los temas amorosos, al vino y a los placeres, sitúa a Anacreonte en el grupo de los poetas líricos del periodo clásico, junto con Alceo y la mencionada Safo. El término lírica alude a que los poemas se cantaban acompañados por la música de una lira. En su momento estos poetas, más que consideración de escritores, la tenían de artistas, lo que explica su gran popularidad entre los jóvenes de su tiempo, que los seguían y admiraban como hoy se sigue y admira a las estrellas discográficas. Se relaciona a Anacreonte con las prácticas homosexuales, pues en su obra alude con idéntica pasión a muchachas hermosas o a jóvenes enamorados. También es responsable Anacreonte de que se adjudique a Safo la condición de lesbiana, pues hizo frecuentes referencias a la relación amorosa que la poetisa mantenía con sus jóvenes alumnas.


La breve antología que os presentamos corresponde a poemas cuya autoría puede atribuirse a Anacreonte de forma bastante segura. Durante los siglos medievales y renacentistas circuló de forma semiclandestina un compendio de poesías Anacreónticas, que imitaban su estilo y pertenecían en su mayoría a la época bizantina.

Hay una edad peor que la que se tiene: la que se tendrá el año próximo. Enrique Jardiel Poncela.



viernes, 23 de enero de 2015

PÁGINAS OLVIDADAS DE LA HISTORIA: EL MOTÍN DE VALLADOLID


La mañana del domingo 22 de junio de 1856 comenzaron en la capital vallisoletana unos violentos disturbios que duraron varias semanas y dieron lugar a una importante crisis política que culminó con el golpe de estado de O’Donnell y el final del Bienio Progresista.
Valladolid era por entonces una ciudad próspera que había casi duplicado su población en unos pocos años. Desde la construcción del canal de Castilla, que facilitaba extraordinariamente la comunicación con el puerto de Santander, la ciudad se había convertido en un centro exportador de trigo de importancia mundial. El cereal, tan abundante en la meseta castellana, se almacenaba por millones de toneladas en grandes almacenes cuyos propietarios especulaban con su valor, aguardando la subida de precios para darle salida hacia gran parte de Europa.

El general Baldomero Espartero
En concreto, la guerra de Crimea que se libraba en aquellos años, resultó de gran provecho para esos especuladores. La riqueza de la ciudad castellana atrajo a miles de inmigrantes. Unos, como los santanderinos o los vascos, aportaron inversiones. Braceros y artesanos procedentes de ciudades como Zaragoza o Barcelona, aportaron mano de obra. Con los desheredados llegaron también a Valladolid los nuevos vientos obreristas que comenzaban por entonces a soplar en toda España, apoyándose en gran parte en el Partido Progresista del general Espartero y en las Milicias Nacionales, una institución armada garante del constitucionalismo, que ya había actuado en otros lugares como Zaragoza, impidiendo el avance del carlismo en la memorable jornada del 5 de marzo de 1838.

La mecha se prendió cuando la panadera Ramona Mueso pretendió vender el pan más caro a una compradora conocida como la madrileña, que se negó a pagar más de lo que se pagaba hacía solo unos minutos. A los gritos acudió más gente, que comprobó no solo la subida, sino el inminente desabastecimiento. El motín se inició de forma espontánea entre los más pobres, que se adueñaron de las dependencias municipales, secuestrando al alcalde. Los representantes de los amotinados presentaron dos reivindicaciones a las que se sumó el comandante de la batería de la Milicia Nacional: la estabilidad de los precios y la supresión de los derechos de puertas, un impuesto que grababa el pan y otros bienes de primera necesidad. En los días siguientes, ante el silencio de las autoridades civiles, el malestar de la población fue en aumento, sucediéndose los incidentes. El gobernador civil fue herido, y a los gritos de ¡Pan barato!, ¡mueran los ladrones! y ¡mueran los ricos!, se incendiaron varias industrias y almacenes, así como la mansión del industrial Semprún, uno de los empresarios más significados. Las Milicias Nacionales se enfrentaron a las recién llegadas tropas del Ejército regular, dando lugar a varias escaramuzas en las calles vallisoletanas más céntricas.


Leopoldo O'Donnell
Tras varias semanas de conflicto, El Correo de Castilla del 28 de julio evaluó las pérdidas en cien mil duros, una cantidad exorbitante para la época. Las represalias no se hicieron esperar. Hubo más de cien detenidos y ocho fusilados. Se produjeron otros focos de revuelta en Palencia, Burgos, Zamora y Medina de Rioseco. En las esferas políticas madrileñas se sucedieron las mutuas acusaciones. Progresistas y moderados se culparon mutuamente. Los liberales culparon a los conservadores, y estos a los socialistas… La consecuencia final fue la autoproclamación de O’Donnell, el conservador ministro de la Guerra, que con el apoyo de la reina Isabel II, depuso a su rival Espartero, terminando así con un Bienio Progresista tan esperanzador como efímero. De esta forma chapucera y antidemocrática se saldó uno más de los numerosos episodios, hoy día casi olvidados, de aquella triste España decimonónica de la que para nuestra desgracia y vergüenza, somos directos herederos.

Isabel II de España

¿Quiénes son los enemigos de la patria? Los del partido contrario, naturalmente.



martes, 20 de enero de 2015

GALENO O LOS FUNDAMENTOS DE LA MEDICINA

Los historiadores de la medicina sitúan a Galeno, junto a Hipócrates, como los protomédicos más influyentes de los tiempos antiguos. Galeno de Pérgamo, a quien durante la época medieval se llamó Claudio Galeno, al parecer por un error historiográfico, nació en aquella ciudad costera del Asia Menor en 130. Aunque Pérgamo (actualmente Bergama) está en el territorio de la moderna Turquía, Galeno era un griego que, al igual que su padre, el arquitecto Aeulius Nicon, disfrutaba el raro privilegio de ser ciudadano romano. Ingresó en el Asclepeion de Pérgamo, institución a medio camino entre templo y escuela, convirtiéndose así en therapeutes, discípulo o hermano del dios. Amplió sus estudios en Esmirna y Corinto, para concluirlos en Alejandría, principal centro cultural del mundo antiguo, donde confluían en aquel tiempo los más importantes filósofos, científicos y eruditos de cualquier índole.


Entre ellos habían sobresalido Herófilo y Erasístrato, anatomistas con cuyas obras Galeno pudo trabar conocimiento. Pero sobre cualquier otra, la ventaja que ofrecía Alejandría era que por especial privilegio, allí podían diseccionarse cadáveres de forma legal, actividad vedada en los demás lugares del imperio. Después de una breve etapa en su Pérgamo natal, Galeno se estableció en Roma en 162, donde supo labrarse una gran reputación. Fue médico personal de Marco Aurelio, acaso el emperador más culto e ilustrado de la Roma imperial, y de su hijo Cómodo. Como las disecciones de cadáveres humanos no estaban permitidas en la metrópolis, Galeno se dedicó con gran aplicación a la vivisección de animales como cerdos o monos. Esta cruel práctica arrojó importantes luces sobre aspectos fisiológicos como la función renal o neurológica, pero a cambio indujo a Galeno a cometer serios errores sobre anatomía humana, errores que perduraron en los tratados de anatomía durante al menos toda la Edad Media.


En su tiempo se produjo en Roma la llamada peste antonina. Galeno pudo estudiar sus devastadores efectos sobre la población, convirtiéndose así en pionero de la epidemiología. También realizó amplios progresos en cirugía, atendiendo a los gladiadores que resultaban heridos. Se le atribuyen más de cuatrocientos textos, y su principal trabajo fue Méthodo medendi, el arte de la curación, que constituyó toda una referencia en la medicina de los siguientes quince siglos. No está clara la fecha de su fallecimiento que unos sitúan en el año 200, y otros en 216. Con todos sus numerosos errores y omisiones, la obra de Galeno de Pérgamo constituye la base de la medicina y las ciencias de la salud occidentales. Hasta el Renacimiento nadie se atrevió a poner en tela de juicio su autoridad, y muchas de sus inexactitudes no han sido corregidas hasta fechas tan recientes como el siglo XIX o incluso el XX. La actual farmacia galénica todavía se basa en los métodos de preparación, mezcla y conservación de fármacos que propuso Galeno.

La única manera de mantenerte sano es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta, y hacer cosas que preferirías no hacer. Mark Twain.



jueves, 15 de enero de 2015

BOSONES Y FERMIONES. LAS MARAVILLAS DEL UNIVERSO CUÁNTICO

En mecánica cuántica todas las partículas existentes pertenecen a uno de estos dos grupos: bosones o fermiones. Los bosones se llaman así por el físico indio Satyendra Nath Bose, mientras que los fermiones reciben este nombre en honor al físico italiano Enrico Fermi. Las partículas subatómicas que nos son más familiares (protones, neutrones o electrones, entre otras) pertenecen al grupo de los fermiones, mientras que el ejemplo más célebre de bosón es el fotón, partícula constituyente de la luz visible.


Siguiendo la lúcida explicación que Lisa Randall nos brinda en su interesante obra divulgativa Universos ocultos (Ed. Acantilado, Barcelona 2011), la naturaleza fermiónica de las partículas fundamentales determina muchas de las propiedades de la materia que nos rodea. El principio de exclusión de Pauli, afirma que dos fermiones del mismo tipo nunca se encontrarán a la vez en el mismo lugar. El principio de exclusión es lo que proporciona al átomo la estructura en la que se basa la química. Como dos electrones no pueden estar en el mismo lugar, necesariamente deben estar en diferentes órbitas.


El principio de exclusión es también la razón por la cual no podemos atravesar un objeto sólido o caer hasta el centro de la Tierra. Una pared, nuestro cuerpo o la misma Tierra adoptan la estructura sólida que tienen únicamente porque el principio de exclusión produce la estructura atómica, molecular y cristalina de la materia. Los electrones de la mano, que son los mismos que los de la pared, no tienen adónde ir cuando golpeamos la pared con la mano. Dos fermiones idénticos no pueden estar en el mismo sitio a la vez, de modo que la materia sencillamente no puede colapsarse.

Los bosones, sin embargo, actúan de un modo diametralmente opuesto a los fermiones. No sólo pueden, sino que tienen que encontrarse en el mismo sitio. Si dirigimos un haz de luz donde ya hay luz, éste se comporta de un modo muy distinto a como se comporta la mano en su golpe a la pared. La luz está hecha de fotones, cuya naturaleza bosónica les permite pasar sin problemas a través de la luz, es decir, a través de otros bosones. Dos rayos de luz pueden dirigirse exactamente al mismo punto. De hecho, el láser se basa en esta propiedad. Los bosones en un mismo estado permiten a los láseres producir haces de luz potentes y coherentes. Los superfluidos y los superconductores se benefician también de su naturaleza bosónica. Un ejemplo de las propiedades bosónicas es el condensado de Bose-Einstein, en el que muchas partículas idénticas actúan juntas como una sola, algo que los fermiones, que tienen que estar en sitios diferentes, no podrían hacer nunca. Los condensados de Bose-Einstein son posibles porque los bosones que los componen, al contrario que los fermiones, pueden tener propiedades idénticas.


El viejo profe Bigotini estuvo obsesionado durante años por la posibilidad de atravesar materias sólidas. Podemos afirmar que sólo obtuvo un éxito limitado. Últimamente disfruta atravesando aceitunas con palillos, para introducirlas en sus martinis. Y es que los genios son así, amigos.

Dejemos la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir. Honoré de Balzac.



martes, 13 de enero de 2015

CHARLES LAUGHTON. UN TIPO DIFÍCIL



Billy Wilder, que como todo el mundo sabe, es el dios de Trueba, dijo que Charles Laughton era el más grande de todos los actores. Y dicho por un dios, la cosa cobra mayor importancia. Parece que Alfred Hitchcock no era de la misma opinión, pues una vez declaró: no volveré a trabajar con animales, con niños, ni con Charles Laughton. Se ve que el viejo Laughton era una personalidad controvertida. Sin duda debió ser un poco engreído cuando, burlándose del célebre método del Actors Studio, dijo: un actor del método te ofrece una fotografía; yo prefiero hacer una pintura al óleo. Pero en definitiva, ¿qué actor no posee un ego hipertrofiado? Eso forma parte del bagaje profesional.
Sea como fuere, Charles Laughton fue un gigante de la escena. A partir de su portentoso Enrique VIII, papel en el que consiguió llenar la pantalla con su prodigiosa interpretación, dándose a conocer en el mundo entero, el reconocimiento a su singular talento fue unánime. Desde nuestro blog os proponemos la revisión de la magnífica creación que hizo Laughton del personaje de Quasimodo, el jorobado de Notre Dame. Una completa demostración de talento y sensibilidad en uno de los más difíciles retos a que puede enfrentarse un actor. Como siempre os decimos, haced clic en la imagen, y recrearos con el recuerdo de este auténtico coloso de la interpretación.

Próxima entrega: Ann Sheridan


viernes, 9 de enero de 2015

CROMATOGRAFÍA PARA AFICIONADOS. LOS COLORES DE LA VIDA

En condiciones normales, las hojas de la mayoría de los vegetales son verdes, porque contienen clorofila, un pigmento verde capaz de absorber la energía lumínica que proporciona la luz solar, y mediante un complejo proceso fisiológico en el que participan otros componentes de la planta, convertir esa energía solar en sustancias nutritivas, azúcares y compuestos imprescindibles para su crecimiento y desarrollo.
Pero además de la clorofila, la mayor parte de las hojas contienen otros pigmentos secundarios que, aunque no puedan fotosintetizar por sí mismos, ceden a la clorofila la energía lumínica que captan. Muchos de estos pigmentos son amarillos, anaranjados o rojos. Estas sustancias son en su mayoría carotenoides, pertenecen al mismo grupo bioquímico que el familiar betacaroteno contenido en hortalizas como las zanahorias o los tomates.


En otoño, cuando las hojas de las plantas comienzan a envejecer, cuando las horas de luz solar van disminuyendo progresivamente, y el mundo vegetal se prepara para resistir al largo y oscuro invierno, es tiempo de ahorrar todo lo posible. Las hojas se aprestan a descomponer el exceso de clorofila producido, que en los próximos meses no servirá de nada. Cuando el color verde de la clorofila desaparece, quedan desenmascarados el resto de los colores de los pigmentos secundarios. De esta forma, los bosques de nuestro hemisferio se visten con una espléndida gama de ocres y rojizos que, a la tenue luz del atardecer, componen una de las más grandiosas sinfonías de color que nos ofrece la pródiga naturaleza.

Mediante un proceso de cromatografía, pueden desvelarse todos esos colores secundarios que contienen las hojas verdes. Aunque realmente no es necesario disponer de sofisticados cromatógrafos para apreciarlos. Basta con introducir una hoja en medio de dos papeles de filtro blancos o simplemente un papel poroso doblado. Si frotáis con el canto de una moneda por encima del papel, procurando presionar la hoja para que se rompan las membranas celulares, y a continuación impregnáis un extremo del papel con alcohol, dejando que progrese por capilaridad, podréis apreciar, agrupados en líneas, los diferentes colores contenidos en la hoja. Es un sencillo experimento casero que os animo a enseñar a los niños. Por muy jóvenes que sean, disfrutarán la magia de la vida y se maravillarán con este pequeño milagro natural.

Dejé de creer en Santa Claus a los seis años, cuando me pidió un autógrafo. Shirley Temple.



martes, 6 de enero de 2015

EDMONDO DE AMICIS. EL CORAZÓN DE ITALIA

Edmondo De Amicis Nació en Oneglia, actualmente llamada Imperia, cerca de Génova, en 1846. Pasó sus años jóvenes en Turín e ingresó en la academia militar de Módena. En 1866 combatió como oficial contra los austriacos en la batalla de Custoza, que resultó decisiva para la definitiva independencia italiana. Tras licenciarse del ejército, comenzó su prolífica carrera como escritor.
A caballo entre el Romanticismo y el Realismo, Amicis reinventó el género de la novela de viajes. Antes lo habían cultivado con éxito diversos escritores románticos europeos. No obstante, Amicis aportó al género sus grandes dotes para la descripción, y sobre todo, su asombrosa capacidad para dar protagonismo al pueblo sobre los paisajes y los entornos monumentales. Sus viajes le permitieron ganarse la vida con la pluma y convertirse en un nombre prestigioso de la literatura italiana. A esta época corresponden títulos como Constantinopla, España, Holanda, Marruecos, Recuerdos de Londres o Recuerdos de París. En la última década del XIX se afilió al partido socialista, colaborando activamente en su órgano oficial, el periódico Il Grido del Popolo.

Pero la obra que hizo mundialmente célebre a Edmondo De Amicis, y que desde Biblioteca Bigotini ofrecemos a nuestros lectores, es Cuore, Corazón. Se trata del diario de Enrico, un niño de diez años alumno de tercer curso en una escuela pública de Turín. Escrita en 1886, cuando su autor contaba cuarenta años, fue desde su publicación muy apreciada (se vendieron 41 ediciones en los primeros dos meses), y constituyó durante la primera mitad del siglo XX un auténtico éxito editorial a nivel mundial, siendo traducida a multitud de idiomas. El pequeño Enrico, trasunto del propio Amicis, relata sus experiencias escolares al tiempo que va creciendo emocionalmente. Se trata de una pieza literaria profundamente conmovedora, en la que se exaltan valores humanos como la solidaridad, el patriotismo o el espíritu de sacrificio. Haced clic en la portada para leer uno de los cuentos mensuales que forman parte de la obra: El pequeño escribiente florentino. Preparaos a dar rienda suelta a las emociones a través de su lectura.

En las últimas décadas la obra ha sido tildada de fascista, y repudiada por determinados sectores de la izquierda intelectual. Apresurémonos a aclarar que se trata de una etiqueta absolutamente injusta. Edmondo de Amicis, que durante toda su vida pública se manifestó afín a los valores de la izquierda social y política, falleció en 1908, once años antes de la fundación del partido fascista. Es cierto que en la Italia de Mussolini (como en la España de los primeros años del franquismo) la novela se promocionó ampliamente entre los escolares, pero Corazón ni en su origen ni en su planteamiento se aproxima lo más mínimo a posiciones totalitarias. Al contrario, el diario de Enrico y los cuentos mensuales que en él se insertan, están cargados de valores humanos solidarios y no excluyentes. Estamos ante uno de los clásicos juveniles más recomendables, y una de las piezas imprescindibles para quien aspire a conocer mejor Italia y los italianos.


El sueño de mi infancia era tener un perro, pero mis padres eran tan pobres que sólo pudieron comprarme una hormiga. Woody Allen.



viernes, 2 de enero de 2015

AVES. LA CONQUISTA DEL AIRE

Paleontólogos y evolucionistas ya no tienen ninguna duda de que las aves se originaron a partir de dinosaurios carnívoros de pequeño tamaño capaces de correr erguidos sobre sus largas y delgadas patas traseras.
El esqueleto de un dinosaurio como Compsognathus guarda una notable semejanza con el esqueleto de Archaeopteryx, el ave más antigua conocida. Ambos animales estaban dotados de extremidades traseras corredoras, largas colas óseas, patas como las de las aves, dedos en forma de garras y dientes afilados y puntiagudos. La diferencia es que Archaeopteryx tenía plumas y clavículas en forma característica de espoleta, ambos rasgos inconfundibles de las aves.

Las aves voladoras actuales poseen un cuerpo breve y compacto, con el centro de gravedad situado sobre las patas para mantener el equilibrio. La cola queda reducida a un muñón, y las mandíbulas han perdido los dientes a favor de picos duros capaces de ejercer similares funciones. El esternón ha evolucionado hasta convertirse en un hueso grande provisto de una quilla, al que se adhieren los poderosos músculos que hacen posible el milagro del vuelo.


Y es que efectivamente, el vuelo es un hallazgo evolutivo fantástico. La conquista del aire significó una extraordinaria oportunidad para los vertebrados. El vuelo impuso una serie de modificaciones drásticas, tanto en la anatomía como en la fisiología. El principal éxito de las aves es haber desarrollado una estructura única en todo el reino animal: las plumas. Se trata de elementos aerodinámicos evolucionados a partir de las escamas reptilianas. Son ligeras y fáciles de sustituir si se deterioran. En el aire pueden desplegarse para mantener el vuelo. En tierra se pliegan adoptando una forma compacta. Las extremidades anteriores se dedican por completo al vuelo, las posteriores se adaptan al desplazamiento en tierra, y el pico adquiere diversas funciones alimenticias o prensiles.

En cuanto a los cambios fisiológicos, se produjeron para hacer frente a la gran demanda de energía que plantea el vuelo. El sistema respiratorio se volvió más eficaz. La disposición de los numerosos sacos aéreos, aparte del conducto respiratorio principal, permite el paso del aire por los pulmones formando una corriente permanente, en lugar de circular sólo dentro de los sacos sin salida que son los pulmones de los demás vertebrados. Otra adaptación fisiológica imprescindible, es que las aves, como los mamíferos, son animales homeotermos, tienen sangre caliente. De este modo sus niveles de energía no dependen de las variaciones de temperatura del entorno, sino que permanecen constantes. Este tipo de fisiología exige alguna forma de aislamiento, para lo que se desarrollaron las plumas cobertoras, mucho más esponjosas que las voladoras, y situadas por debajo de estas.


Si este importante salto evolutivo a la sangre caliente ocurrió en las primeras aves o bien ya se había producido en sus antepasados dinosaurios, es cuestión sujeta a controversia entre los especialistas. La estructura anatómica, el gran desarrollo muscular y el modo de vida que, según sugieren todos los indicios, debieron adoptar muchos dinosaurios carnívoros, habla en favor de una fisiología que permitiera un alto rendimiento energético, y que se sustentara por lo tanto en la sangre caliente. El profe Bigotini, a pesar de ser mamífero, es ya tan viejecito que su sangre en lugar de ser caliente, está sólo tibia. Por eso se ve obligado a dormir largas siestas al sol cubierto con su suave mantita de cuadros. Sus cansados ojos se cierran por momentos, y me hace señas de que ya no quiere dictarme más. Creo que me uniré a él, porque ya estoy empezando a bostezar.

Lo peor que puedes hacer es cruzar un precipicio en dos saltos. George Lloyd.