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miércoles, 11 de noviembre de 2015

PRODIGIOS NATURALES. LAS MOSCAS EQUILIBRISTAS

Moscas, mosquitos, saltamontes y toda clase de insectos, además de no pocos anfibios y reptiles, son capaces de posarse y de caminar con soltura por superficies verticales y hasta por el techo. ¿Cómo es posible semejante proeza? Bueno, para empezar ya sabemos que todo es cuestión de tamaños. A nuestra escala las superficies pulidas de un cristal o de un espejo nos parecen perfectamente lisas. Sin embargo, el particular punto de vista de alguien tan pequeño como un insecto, es capaz de descubrir diminutas imperfecciones y grietas minúsculas allí donde nosotros solo percibimos una absoluta perfección. Pero es que hay más. Por ejemplo, las salamandras tienen unas pequeñas ventosas en los dedos de las patas que les permiten adherirse a las superficies lisas. El tarso, es decir, el segmento final de las patas de los insectos, posee unas estructuras similares a las uñas o las garras, que favorecen la sujeción. Con esta especie de garras o ganchos tarsianos, se anclan a las irregularidades de las superficies, del mismo modo que un escalador introduce la punta de las botas o las yemas de los dedos en las grietas de la roca.


En ciertos casos, los insectos recurren a una suerte de pegamento. Se sirven del efecto adhesivo del vello situado en unas almohadillas pegajosas conocidas como arolios, que se localizan en el extremo de los tarsos. Los saltamontes poseen estas almohadillas localizadas en cada uno de los segmentos tarsales. Otros insectos están dotados con ampollas adhesivas en segmentos adicionales de sus patas. Los arolios suelen tener numerosos y microscópicos pelos que segregan una sustancia aceitosa que permite la adherencia a las superficies. Ya hemos dicho que en muchas ocasiones, las superficies que nosotros percibimos como lisas, presentan numerosas protuberancias y minúsculas fisuras que sirven de asidero a esos micro-pelillos.

Ya veis que no es lo que se dice milagroso, pero si lo bastante prodigioso como para asombrarnos. El mundo natural y la biología tienen siempre ese toque mágico que nos deja con la boca abierta, y las adaptaciones de las diferentes especies a sus medios y a su género de vida, son extraordinariamente variadas. El profe Bigotini ha adaptado a sus zapatos y a sus guantes, cuatro ventosas de esas que se usan en fontanería para desatascar desagües. Ahora está pegado al techo pidiendo socorro. Voy en su ayuda.


-El mes pasado contraí matrimonio.
-Contraje.
-Claro hombre, no me iba a casar en chándal.



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