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viernes, 19 de febrero de 2016

LOS HERMANOS ARGENSOLA Y LA POESÍA BARROCA


Ilustración de José Luis Cano
Lupercio y Bartolomé Leonardo de Argensola nacieron en la ciudad oscense de Barbastro en 1559 y 1562. Bartolomé, el menor, profesó como sacerdote, fue canónigo de la Seo zaragozana y capellán de la emperatriz María de Austria. Lupercio destacó como cronista y autor teatral. Los avatares de su vida le llevaron hasta Nápoles, donde falleció en 1613. Bartolomé le sobrevivió en Zaragoza hasta 1631. Ambos destacaron como historiadores, colaborando en la revisión y ampliación de los Anales del Reino de Aragón, la magna obra del cronista Jerónimo Zurita. Pero ante todo los Argensola sobresalieron como poetas. A la muerte de ambos, Gabriel Leonardo, hijo de Lupercio, reunió y publicó los poemas de su padre y su tío en un volumen titulado Rimas.

El estilo de ambos hermanos es muy similar, y como para muchos especialistas resulta difícil distinguir qué parte de la obra poética pertenece a uno o a otro, Lupercio y Bartolomé han pasado a la historia literaria como Los hermanos Argensola, cuando realmente nunca de forma consciente escribieron en colaboración. Los poemas, y sobre todo los sonetos de los Argensola pueden encuadrarse en el más puro clasicismo de su época. Son la quintaesencia de la poesía barroca española. Su estilo fue admirado por el propio Lope de Vega.
Fuera del ámbito literario, participaron activamente en las intrigas políticas de su tiempo, influyendo en diversos acontecimientos históricos, tanto del Reino de Aragón, como de la política imperial.

Ilustracion de David Guirao

A modo de curiosidad diremos que se les atribuyó sin mucho fundamento, la autoría del Quijote apócrifo publicado con el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda. Biblioteca Bigotini os ofrece la versión digital (haced clic en la portada) de una breve selección de Poemas y Sonetos de los hermanos Argensola. En esta pequeña muestra pueden apreciarse sus buenas hechuras y el clasicismo barroco más genuino.

Si ves en Ikea a una pareja que no discute, es que han ido a robar lápices.






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