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martes, 3 de mayo de 2016

AL RAZI, EL PERSA UNIVERSAL


Abu Bakr Muhammad ibn Zakariya al-Razi, a quien algunas veces se mencionó en textos latinos como Rhazes o Rasis, nació en Persia, muy cerca de la actual Teherán, en 865. Su saber enciclopédico y sus grandes aportaciones a las ciencias le convierten en uno de los sabios más importantes y universales del mundo prerenacentista. Fueron cruciales sus aportaciones a la medicina, la física y la química. Como médico Al-Razi destacó por sus amplios conocimientos de la medicina griega, que enriqueció con las aportaciones de la farmacología árabe. En química se le atribuye la invención del alambique, la destilación del petróleo para obtener queroseno, y el descubrimiento del ácido sulfúrico.

Aunque en el mundo islámico está muy extendida su pertenencia al movimiento filosófico y religioso mutakallimun, lo cierto es que de sus textos se desprende un gran racionalismo y lo que hoy podríamos llamar un pensamiento liberal. Al-Razi trabajó y enseñó en la célebre Casa de la Sabiduría de Bagdad, donde al parecer poseía un gran laboratorio al que se consideró como el mayor y mejor dotado de su época. Es proverbial su fama de hombre compasivo. Trató a todos los enfermos que llegaban a él, sin hacer distinciones de clase social o de riqueza, y el número de sus alumnos y seguidores llegó a ser tan grande, que sus clases y disertaciones debieron realizarse a menudo al aire libre, pues no existían aulas capaces de contener tan gran número de asistentes. En el Irán moderno se le tiene por un héroe nacional. Cada 27 de agosto se conmemora el día de Al-Razi, y en Teherán, uno de los centros científicos más prestigiosos lleva el nombre de Instituto Razi.


Se le atribuyen cerca de doscientas obras, destacando su gran enciclopedia médica, en 22 volúmenes, un manual de medicina dedicado al célebre soberano samánida Al-Mansur, un opúsculo sobre la viruela y el sarampión, un ensayo crítico sobre Galeno, los Aforismos del médico nómada, su Medicina de reyes, y hasta un curioso Libro para quien no tiene acceso a un médico, que parece el antecedente islámico de la moderna práctica del autodiagnóstico por internet. Al-Razi fue también un pionero de la psicología y la psiquiatría, siendo su hospital uno de los primeros que contó con una sección destinada a acoger enfermos mentales. En neurología Al-Razi identificó y describió siete nervios craneales y treinta y uno espinales. Su descripción de la viruela aparecía en la Enciclopedia Británica en fecha tan tardía como 1911.

Nuestro hombre fue también un adelantado en el reconocimiento de los procesos alérgicos de causas ambientales. Se ocupó ampliamente de las rinitis estacionales, el asma alérgico y la fiebre del heno. Asimismo estudió con gran detenimiento el sentido del olfato. El profe Bigotini, con su enorme narizota, no puede hacer otra cosa que venerar a Al-Razi, este gigante de la ciencia, con inusitado fervor.

Hay tipos tan pobres, que lo único que tienen es dinero.



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