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sábado, 14 de abril de 2018

¿TIENES UN PROBLEMA CON EL ALCOHOL?



En la llamada cultura occidental el alcohol es la droga por excelencia. En España y en los demás países de nuestro entorno, bebidas como el vino, y crecientemente la cerveza, forman parte del proceso de socialización comúnmente aceptado y se consideran prácticamente un alimento. De entre las drogas legales, el alcohol es la que más se consume, y una de las que más problemas causa. Desde procesos crónicos como alcoholismo o cirrosis hepática, hasta accidentes de tráfico o laborales por intoxicación etílica. En el ámbito laboral, sobre todo en determinadas actividades como la construcción o el transporte, el alcohol se encuentra detrás de un número muy elevado de accidentes de trabajo. Muchos más de los que salen a la luz. Más a menudo de lo que pensamos la caída del andamio o de la escalera de mano, están relacionadas con el vino, los carajillos o las copas consumidas durante los almuerzos.

Se calcula que en España cada año mueren cerca de 15.000 personas por problemas relacionados de una u otra manera con el alcohol. Los efectos son más intensos en menores de 18 años, porque su organismo todavía está en proceso de desarrollo. También en mujeres, y en general en personas de bajo peso, sobre todo si se toman grandes cantidades de alcohol en poco tiempo. Las unidades de emergencia médica destacadas en fiestas multitudinarias, conciertos y otras concentraciones similares, atienden fundamentalmente (en una proporción mayor de 9 a 1) intoxicaciones etílicas.

La mayor parte de las personas en nuestro medio son (somos) lo que se llama bebedores sociales. Casi todas las celebraciones incluyen alcohol de alguna clase en mayor o menor proporción. La línea que separa el consumo moderado, socializado y responsable, de la conducta patológica, a menudo es tan sutil, que pasa desapercibida para muchos. Por eso conviene que nos planteemos la pregunta: ¿tengo un problema con el alcohol? En este post vamos a tratar de ofrecer alguna pista para hallar la respuesta. En otra ocasión nos ocuparemos con más extensión del alcoholismo propiamente dicho.

¿Cuándo debes preocuparte?
  • Si reconoces que el alcohol forma parte de tu vida, se ha convertido en una necesidad, como comer o dormir, y sientes que no puedes o te será difícil dejarlo.
  • Si sistemáticamente bebes por encima de los límites recomendados (ver más abajo).
  • Si necesitas beber por la mañana.
  • Si tienes síntomas como pérdida de peso, falta de apetito, cansancio constante, dolor de estómago, retención de líquidos en las extremidades, abdomen hinchado o tinte amarillento de la piel.
  • Si las personas que te rodean te han hecho observaciones críticas sobre tu forma de beber.
  • Si por causa del alcohol has llegado a faltar al trabajo o el alcohol te ha causado algún problema laboral.
  • Si tienes problemas conyugales o familiares relacionados con el consumo de alcohol.

Si te identificas con alguna de las situaciones descritas, debes consultar lo antes posible a tu médico. Infórmate de las posibles consecuencias del consumo abusivo, y plantéate incluso la abstinencia. Las organizaciones y sociedades de ex alcohólicos, alcohólicos anónimos o alcohólicos rehabilitados ofrecen casi siempre el mejor apoyo y el más especializado. En cualquier caso, y aunque no te encuentres en ninguna de las situaciones anteriores, conviene seguir los siguientes consejos:

  • Bebe cuanto menos, mejor. El límite aceptable para personas adultas sanas está en torno a las 5 bebidas. Una bebida equivale a una copa de vino, una caña de cerveza o un carajillo. Las copas de licores (brandy, whisky, ron…), los cócteles o los combinados equivalen a dos (a veces a tres) bebidas.
  • Bebe aun menos si eres mujer. Las mujeres metabolizan peor el alcohol y son más sensibles a sus efectos.
  • No bebas nada en absoluto si eres menor de edad, si estás embarazada, si consumes algún medicamento, o si tienes enfermedades crónicas como diabetes o hepatitis.
  • Cuando quedes con los amigos y sea previsible el consumo de alcohol, márcate un límite de bebidas antes de salir de casa.
  • No tomes bebidas alcohólicas (por ejemplo cerveza) simplemente para aliviar la sed. Cuando tengas necesidad de hidratarte toma agua o algún refresco.
  • No concentres en el fin de semana la bebida de la semana entera.
  • Cuando salgas y visites varios bares, una buena práctica es alternar bebidas con refrescos.
  • Procura siempre comer algo (una tapa) con las bebidas.
  • En las comidas principales no consumas más de una unidad de bebida (cerveza o vino) en cada comida.
  • No bebas en casa.
  • No bebas nunca solo/a.
  • Bebe despacio. Tómate tu tiempo para cada bebida. Conversa. Deja la copa en la mesa o el mostrador, no la sostengas todo el tiempo en la mano.

Puedes conseguir más información en www.sindrogas.es o en www.acoholicos-anonimos.org


Con la primera copa el hombre bebe vino, con la segunda el vino bebe vino, y con la tercera el vino se bebe al hombre.  Juvenal.



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